miércoles, 8 de junio de 2011

¡INVENTAN EL JUEGO EN EL QUE NADIE GANA!

Yo creo que habría que
inventar un juego en el
que nadie ganara.

Jorge Luis Borges

Toda las coincidencias con la
 humorística realidad mexicana
 corresponden meramente a una
 chaquetita mental


¡Súbitamente germinó la maravillosa idea! Rumiando profundo y dilatado, todos los miembros del Ministerio de Educación para el Libro y la Lectura (MELAPELAS), concordaron en llevar al pueblo mexicano a su emancipación intelectual por medio de la  literatura. No podía ser posible el abominable promedio de 2.5 libros leídos al año. El repetido hecho brotaba cadencioso en toda la prensa internacional. El bochorno fluía rojo dentro de los cachetotes morenos, tornándolos rojizo cual graso pambazo de todos y cada uno de los diputad@s-senador@. Pero cómo colocarse en los primeros diez lugares si México estaba en el lugar 107 del ranking mundial de 108 países. Cual engranes de un reloj, sus cartesianas mentes trabajaban para mezclar y ordenar las siguientes ideas:
 Inyectar recursos, estandarizar, competir, evaluar, medir, etc. 
“El individuo mexicano debe de poder confrontarse y ganar en discusiones literarias hasta con el más culto de los sajones, esto claro aumentando considerablemente su promedio de lectura” Enunciaban serios y convencidos.
Elaborando los más inexactos cálculos precisaron el dato curioso de que cualquier indígena, de cualquier comunidad, por más lejos que estuviera, podría consumir un libro por semana (tomando en cuenta que su promedio de vida va de los 40 a los 50 años) fácilmente podría abatir el portentoso número de 2700 ejemplares, que para toda una vida campesina de miseria, enfermedades y sufrimiento no se escuchaba tan mal.

Pero todavía había un formidabilísimo problema: se debería extinguir cual Tiranosaurio Rex al abyecto “librito vaquero” que tanto mal hacía quedar a toda la clase político-intelectual del país. Para ello era imprescindible fijar como meta el desarrollo e implementación de un sistema de evaluación especializado sobre libros y lectura en México, además de la urgente Inversión en compra y mejora de la calidad de los acervos y colecciones destinados a consulta pública, todo esto a más tardar el 13 de noviembre del 2011, (o sea comprar libros en chinga).

Con este maravilloso y acertado programa se espera que los mexicanos sobre todo los más perezosos/pendejos para leer, se den un tiempo entre la asesina jornada de trabajo, los interminables quehaceres del hogar y los divertidísimos programas de chismes, esto con el fin de leer de perdis un libro por semana. Una de las principales propuestas es la de fomentar concursos intelectuales ya sea con compañeros de trabajo, amigos o familiares de a ver quién lee más libros. El chiste de este juego se centra en el consumo desmesurado de lecturas recomendadas por el estado; ya sea en una parranda, en el cine o a la hora de las kekas, no importa dónde, lo primordial es que la sociedad se vuelva más desafiante y precisa por medio del proceso y consumo de sentidos, así podrá hablar fluidamente con personas provenientes de países primermundistas que visiten la sierra madre occidental, oriental o alguna de esas. La Organización para la Generación y el Trabajo Económicos (OGETES) propone que no importa quién chingaos gane, sino que se consuman tantas lecturas como sea humanamente posible, para que así la economía y el desarrollo social del país avance y logre salir esta brecha de violencia, pobreza e ignorancia que tanto mancillan a esta maravillosa nación repleta de riquezas naturales.

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