martes, 21 de junio de 2011

DON PENDEJO

- No deberías de referirte así de tu papá -
- No era mi papá, era mi padrastro -
- Uhm, ya veo -
- Es que es realmente increíble lo pendejo que podía llegar a ser -
- ¿Pero como qué hacía, te pegaba o maltrataba? -
- Mmmm… no que yo recuerde -
- ¿Entonces? -
- No lo sé, era muy pendejo, sólo eso -
- ¿Sí eso lo entiendo, pero por qué lo dices? -
- El primer recuerdo que se me viene a la mente es cuando en una ocasión fuimos a la playa, sabes, a mí me gustaba mucho llevar todos mis juguetes al mar, pensar que mis dinosaurios se encontraban haciendo sus cosas de dinosaurios, en un paisaje jurásico muy a la 60 millones de años antes toda esta mierda; me gustaba imaginar que vivían la selección natural frente al mar convulso, atascado de volcanes y trilobites, el tiranosaurio atacando a esos enormes y pendejos herbívoros, no tan pendejos como mi padrastro claro, pero si algo -
- Pero dime qué pendejadas hacía -
- Antes de eso ¿Sí recuerdas que yo quería ser paleontólogo de morro no? -
- Sí, me lo has platicado -
- Bueno, todo empezó un puñetero día que encontré follando a mi mamá con ese pendejo, por alguna misteriosa razón pensó que lo mejor que podría hacer para que yo me olvidara rápidamente del pecaminoso suceso era llevarme inmediatamente al museo de historia natural, pensativo y reconfigurando toooodo mi infantil mundo accedí. Así llegamos al lugar, pues para no hacértela de emoción, aquel pu-ñe-te-ro día por alguna razón incomprensible había un taller para hacer tu propio fósil etc. Al terminar la clase mi padrastro le preguntó al profesor que si para eso de ser paleontólogo había trabajo en México -
- ¿Bueno, y qué hay de malo en eso? -
- Que el profesor dijo que no, que los paleontólogos se morían de hambre en este país; ¡Ves qué pendejo era! Nunca quise volver a saber nada de dinosaurios, morirse de hambre no suena bien para un niño -
- Pero no fue culpa suya que el profesor haya dicho eso -
- No, pero siempre hacía la peor pregunta, siempre en el lugar equivocado haciendo las cosas de la peor manera. Bueno, para que me comprendas más regresaré al ejemplo de los dinosaurios en la playa. Mira, yo estaba jugando muy concentrado, que el diplodocus, que el polacantus, ya sabes, todo lo que un dinosaurio hace cuando es dinosaurio y está en la playa siendo manipulado por un niño de 5 años. Luego sucedió un maldito milagro… -
- ¿Qué? -
- ¿Haz escuchado que la naturaleza no elabora figuras geométricamente exactas, que ellas sólo son elaboradas por el humano? -
- Sí me parece que sí -
- Bueno, ese día del mar salió un búmeran ¡UN PUTO BÚMERAN! No te miento, era perfecto, la madera parecía haber sido tallada por algún aborigen australiano ¡Te imaginas lo que pensé en aquel momento! Miles de posibles historias brotaron de mi mente, estaba emocionadísimo, supuse que venía desde Australia, o que el mar la había tallado perfectamente de algún árbol gigantesco que con el paso del tiempo y las mareas milagrosamente había sido creado. Pensé en ponerlo en mi cuarto y presumirle a todos mis amigos de la preprimaria del asombroso hallazgo –
- ¿Y luego? –
- Mi ejemplar padrastro me lo pidió, seguro de sí mismo y de sus habilidades natas con los búmerans lo arrojó hacia el mar; el trozo perfecto de madera voló y voló moviéndose con el viento, rebanándolo, siendo búmeran más que ningún otro puto búmeran, y en ese decisivo momento en el que por lo general los búmerans se dejan guiar en sentido inverso y por lo general retornan a las manos del que lo aventó, en ese preciso momento cayó en picada a las profundidades del mar ¡QUÉ MALDITA MIERDA! Recuerdo que hubo minuto de silencio dentro de mí… Al ver tremenda desgracia quité la vista del mar y la dirigí hacia mi padrastro, él por su parte me miró y dijo: No te preocupes, ahorita sale otro -
- ¿Y salió otro? -
- ¿Tú qué crees? -
- Bueno, pero piensa que puede haber peores padrastros, no sé, un violador o asesino -
- Creo que el pensar siempre en algo peor de lo que te está sucediendo es una buena estrategia para no sentirte tan desdichado, pero en este caso sé por lo menos que difícilmente podría haber alguien más pendejo -
- Exageras -
- En serio, lo digo en serio ¡Era como un imán de mala suerte¡ Una vez compró un carro robado, otra un carro desvielado, chocó nuestra camioneta con nosotros adentro porque se quedó dormido, dejó escapar a Ruperto mi perro Chow Chow, me soltó la mano en un carnaval y tardaron una hora en encontrarme, una vez contrató a unos judiciales para pegarle a un señor y lo terminaron extorsionando, quiso meter a mi mamá a la cárcel arguyendo que no lo mantenía económicamente, con decirte que hasta un día se prendió fuego a sí mismo –
- A ver, platícame esa –
- Estaba cambiando la antena de televisión en la azotea, se le olvidó que los cables de alta tensión estaban muy abajo, entonces recargó la antena de metal en uno de ellos y ¡TZZZ TZZZ! Se electrocutó a tal grado que todo su cuerpo se encendió como fogata, toda la delegación se quedó sin luz –
- ¡No mames, en serio! –
- Te lo juro, yo lo vi, mi mamá lo apagó con unas sábanas, lo llevaron al hospital y estuvo ahí todo un año en recuperación, con decirte que hasta mandó su historia a Ripley, pero ya había otro caso igual en Dakota del sur. Tal vez si hubiera participado por pendejo y no por la chamuscada sí lo hubieran sacado en la tele –
- Tú lo odias verdad –
- No tanto, digo, me enseñó algo muy importante, de él aprendí lo que nunca quiero ser en mi vida-
- ¿Un pendejo? –
- Don pendejo –
- ¿Lo sigues frecuentando? –
- Se separó algunos años de mi mamá y ya no lo vemos, lo último que supe es que se había puesto a estudiar la licenciatura en derecho –
- Y por qué estudia derecho, bueno, sé que es porque quiere ser abogado pero  ¿Debe ser ya un poco grande para estudiar eso no?
- Ah… es que ahora quiere ser diputado -

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