miércoles, 10 de octubre de 2012

ELLA REGRESÓ



Llegaste en el momento menos esperado,
Como bala perdida al cerebro de un bebé.
Me raptaste de mi burbuja de  júbilo,
Sin dejarme pelear
¿Qué más quieres de mí?
¿No te es suficiente todo el daño que ya me has hecho?
No te puedo rehusar por más que intente,
Y lo aprovechas, celosa amante.
Eres la incómoda cómplice de mis insomnios.
Te atribuyes mi ser, sin contrato alguno,
Carcomes mi pecho cual rata sádica,
Me cedes las náuseas de los enamorados,
Las mariposas se desgarran las gargantas,
Sus lúgubres aullidos emanan de mi estómago,
Trastornan mis breves sonrisas.
Te sabes parte de mi organismo,
Como la bilis del bebedor
Me postro ante ti
¡Esclavízame! ¡Ulcérame a tu antojo!
Nunca me independizaré;
Eres igual a las infecciones venéreas,
Siempre te atesoraré con recelo.
El rito se cumplirá una vez más,
Soy súbdito de tus caprichos,
Conozco las reglas de tu juego:
Sepultar mis placeres masoquistas.
¿Una noche de crápula?
Ni lo pienses.
La emergencia de un cigarro me repugna.
¿De qué te sirve este raquítico ser?
¿De qué te sirve este hombre de ojos opacos?
De anhelos agónicos,
De brutal conformismo.
¡Niña malcriada!
Sólo podré disipar la melancolía con potentes fármacos,
Mientras representamos nuestras antiguas veladas:
Cuando era un manso chasís
A la orden de tus descabelladas codicias
Y sumiso al compás de tu efectivo látigo
Despertando en auroras de ano sangrante…
Bienvenida a casa,
Puta gastritis.
No debí haber comido esos tacos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario