Escuchar Rock & Roll es como hacer el amor: tienes que concentrarte en cada instrumento. Vivirlo al máximo: bajo, guitarra, batería y voz … No hay más. Tienes que mimetizarte en ese tórax sudoroso y tierno que se restriega con juguetona involuntariedad contra el tuyo. Desvivirte en análisis geográficos, manos desesperadas que se encargan de delimitar ese húmedo complejo de laberintos voluptuosos. Los sexos, presentándose tímidos, curiosos …altaneros, criminales, ociosos, violentos. Y esos labios …Pffff. ¿Portales del alma? ¿eternidad cristalizada? ¿TUYYO? Los pinches Labios …¿Hay alguna exagerada pretensión poética que los sitúe en su altar? (escuchen rock & roll)
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